Consejos para cuidar la higiene oral de tu Bebé: Desde el primer diente hasta el recambio dentario.

Cuidar la higiene oral de tu bebé es fundamental para su salud bucal a largo plazo. Desde el momento en que aparece su primer diente hasta que comienza el recambio dentario, es crucial establecer buenos hábitos de cuidado dental.

Tan pronto como aparezca el primer diente de tu bebé, comienza a cuidarlo usando un cepillo de dientes suave diseñado para bebés y cepillando suavemente el diente con agua después de las comidas. No es necesario usar pasta dental hasta que el niño tenga al menos dos años. Crear una rutina diaria de cuidado dental que incluya cepillarse los dientes después del desayuno y antes de acostarse ayudará a tu bebé a acostumbrarse al hábito y a entender la importancia de cuidar sus dientes. Hasta que tu hijo sea lo suficientemente mayor para cepillarse los dientes solo, supervisa su cepillado para asegurarte de que lo haga correctamente y durante el tiempo suficiente, aproximadamente dos minutos.

Es importante evitar darle a tu bebé biberones de leche, zumo o cualquier líquido azucarado en la cuna o cama, ya que la exposición prolongada a estos líquidos puede aumentar el riesgo de caries dental de forma generalizada en todos los dientes (la llamada en odontología como “caries de biberón”). Fomentar una dieta rica en frutas, verduras y alimentos ricos en calcio es fundamental para la salud dental de tu bebé. Cómo es lógico, limitar los alimentos azucarados y pegajosos como las golosinas, o bebidas ácidas como los refrescos, ayudará a prevenir la aparición de las caries.

Además, programa la primera visita al dentista de tu bebé antes de su primer cumpleaños. Esto ayudará a detectar cualquier problema dental temprano y establecer una relación positiva con el dentista desde una edad temprana. Las visitas tempranas también permiten al niño familiarizarse con el entorno del consultorio dental, lo que puede reducir la ansiedad en futuras visitas y fomentar una actitud positiva hacia el cuidado dental. También es importante evitar transmitir a los niños la idea socialmente de que en el dentista “duele”, o infundir miedo a modo de castigo a los niños, como que si se portan mal, los van a llevar al dentista “para que les pinche”. Es más frecuente de lo que parece y provoca como es lógico este miedo innato en los niños antes de haberse nunca sentado en un sillón dental.

Siguiendo estos consejos y estableciendo una buena rutina de cuidado dental desde el principio, puedes ayudar a tu bebé a mantener una sonrisa sana y hermosa a medida que crece. Cuidar de la salud dental de tu hijo desde una edad temprana es fundamental para su bienestar a largo plazo. Además, las visitas regulares al dentista pueden proporcionar valiosa orientación a los padres sobre cómo manejar el recambio de la dentición y otros aspectos del desarrollo dental del niño durante su crecimiento, como la aparición de “malas mordidas” (fácilmente corregidas de manera temprana con ortopedia), asegurando que cada etapa de crecimiento sea revisada y manejada adecuadamente por un profesional.

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